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martes, 9 de agosto de 2011

Historia de los Bordados


El bordado es un arte que consiste en la ornamentación por medio de hebras textiles, de una superficie flexible.
Los romanos llamaban a esta ornamentación plumarium opus, en virtud de la semejanza que tienen algunas de estas labores con la pluma del ave. También la denominaban opus phrygium ya porque la obtenían del comercio con los frigios quienes a su vez la traían de oriente o ya por suponerla de procedencia e invención frigia. Y como se consideraba en el bordado un procedimiento similar a la pintura llamaban a las vestiduras bordadas túnica picta o toga picta, o bien túnica palmata, aludiendo a los bordados en forma de palmetas con que las adornaban.
Los hilos que se emplean en el bordado son los mismos que sirven para el tejido pero sobre todo se utilizan los de seda, lana y lino, todos con variados colores y los de plata y oro con las formas diferentes que se adoptan en tejeduría. Con ellos, se ensartan a veces gemas, perlas, abalorios y lentejuelas metálicas.

Edad Antigua

No se consevan bordados que puedan adjudicarse con certeza a la Edad Antigua salvo los de algunos tejidos coptos de la época romana pero no cabe duda que los hubo excelentes en Asia, Egipto,Grecia y Roma según lo testifican historiadores verídicos y lo revelan numerosos relieves y pinturas de aquellos tiempos. La invención y el primer desarrollo de este arte debe atribuirse a los babilonios pues de Mesopotamia procedían los más famosos bordados en la Edad Antigua así como de Egipto los tejidos finos y las tapicerías de alto lizo llegando a decir Plinio que el telar egipcio había vencido a la aguja Babilonia.

Edad Media

La civilización bizantina ocupa el primer lugar en la historia del bordado durante la Edad Media y las Cruzadas fueron el principal vehículo de este arte para todo el Occidente. Aquí apenas se ejercitó en la Alta Edad Media fuera tal vez de los monasterios entre los cuales se cita el de San Galo en Suiza como muy activo e industrioso.
Los motivos que figuran en los bordados en la Edad Media suelen ser los mismos de las estofas ( cualquier tejido de seda o lana con labores de figuras formadas por el tejido) , al principio tomados de los persas. Posteriormente se mezclan con otros cristianos y enseguida triunfan éstos ya desde el siglo XII. En el XIII, por efecto de la corriente caballeresca que produjeron las Cruzadas, empiezan a bordarse escudos y otros motivos de caballería sobre las piezas lujosas y se hace la composición más recargada, complicada y mejor colorida aumentando desde el siglo XIV la variedad de colores en las sedas.
Se usan en toda la Edad Media los bordados de diferentes clases de puntos: al pasado, cruzado y de cadeneta. Pero éste último va desapareciendo hacia finales del siglo XIV en que prevalece el punto llano. Los bordados de oro o de plata que con los de lana eran los más comunes hasta el siglo XIII siguen la técnica del género llamado plano. Desde el mencionado siglo, se mezcla el hilo de oro con el de seda, el cual va ganando terreno sobre los otros en lo sucesivo. El uso de las lentejuelas en los bordados parece de invención arábiga pero ya en el siglo XIV se halla entre las labores de los cristianos. Y desde el siglo XV se hace de ellas un gran consumo, sobre todo en España.
El bordado a realce comienza en el siglo XIII y llega a ser muy común en la segunda mitad del XV, en la cual toma carácter de altorelieve. La verdadera pintura de aguja con figuras del todo bordadas y con sombras y degradación de tintas, imitando los lienzos pintados no empieza hasta el siglo XV desde cuya mitad se ensayó en Italia el procedimiento del oro matizado el cual pronto se hizo común en Flandes y se generalizó en España durante el siglo XVI. En este último siglo aparece el bordado a canutillo que sigue hasta hoy muy en uso.
Entre las obras que más sobresalen por su perfección y celebridad histórica se encuentran:
  • de arte bizantino, la dalmática llamada de Carlo Magno o de León III(siglo XII y según otros, del XIV) llena de figuras representativas de Jesucristo y su gloria que se guarda en San Pedro del Vaticano y los bordados de la catedral de Halberstadt (Westfalia) porcedentes del saqueo de Constantinopla en1204
dalmática de Carlomagno
  • de arte occidental y estilo románico, los famosos tapices bordados de Bayeux y Gerona y una rica planeta que perteneció al rey San Esteban (siglo XI) la cual ha servido de manto para la coronación de los reyes de Hungría y se conserva en Budapest
bayeaux
  • de arte árabe o mudéjar, el birrete del infante don Felipe (s. XIII) bordado con águilas, castillos y lacerías que guarda el Museo Arqueológico Nacional de España
  • de arte francés gótico, un frontal con doce cuadros de la Vida de Jesucristo, en Toulouse y un tríptico en la catedral de Chartres (s. XIV)
  • de bordado inglés, una capa que está en el Museo Nacional español, otra igual en el Museo de Kensington en Londres y otra incompleta en el Museo de Vic, del siglo XIV
  • de arte alemán gótico, el frontal de Salzburgo (s. XIV) y la estola y el manípulo de Alberto Magno (s. XIII) en la iglesia de San Andrés de Colonia
  • de arte flamenco, la capa y el terno del Orden del Toisón de Oro que se guarda en el Museo de la Corte en Viena y que ostenta preciosas figuras de pintura a la aguja (s. XV) así como dos frontales en la catedral de Valencia
  • de arte florentino, el rico frontal de la iglesia mayor de Manresa (s. XV), bordado en sedas de colores sobre fino lienzo con figuras de la Vida y Pasión de Jesucristo en 19 cuadros
parte central del retablo

Edad Moderna

Los bordados de la Edad Moderna se distinguen por seguir en sus figuras el estilo del Renacimiento a semejanza de las otras artes suntuarias y además porque vuelve a usarse con profusión el hilo de oro (o canutillo) el cual se aplicaba con parsimonia en los últimos años de la Edad Media. En los ornamentos sagrados va desapareciendo la imaginería que en los mencionados siglos solía aplicarse en la parte céntrica y vertical de las casullas y en el escudo del dorso y bandas delanteras de las capas y ya solo por excepción se encontrará en piezas de los siglos XVII y XVIII. En cambio, se cubre toda la pieza muy frecuentemente de bordados puramente ornamentales tratándose de vestiduras sagradas, cosa rara en los siglos anteriores al XVI. Y de tal manera se recargan de metales y relieves de estilo barroco los ornamentos que algunos llegan a ser realmente insoportables. Una casulla con sus piezas accesorias guarda la catedral de Colonia hechas en 1740 que aun siendo de cortas dimensiones pesan nada menos que 13 kilos.
Entre los bordados para vestiduras civiles son dignos de mención los que adornan los casacones y chalecos de seda que estuvieron muy en boga según la moda francesa durante el siglo XVIII para caballeros de posición social. Las bocamangas y demás orillas de las prendas lucían como adorno bordados de ramajes finos y delicadas florecillas hechos con sedas de colores variados. Decae notablemente el bordado al finalizar el siglo XVIII. Se sustituye por el fabricado a máquina entrado ya el siglo XIX. Sin embargo resurge algo a mediados del siglo.

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